Dejar ir.

Leí una frase por ahí, que me dio mucho que pensar: 

Cuando eches de menos a alguien y te pongas melancólica, 

procura no recordar los buenos momentos que pasaste 

al lado de esas personas, recuerda lo que te impulsó 

a tomar la decisión de dejarlas ir.

No es que vayas a recordar con odio, resentimiento, 

deseándoles lo peor, solo, memoriza el por qué 

te sentías tan mal al estar con ellas. 

Eso te dará fuerzas para continuar adelante 

e intentar no volver a repetir los mismos errores. 

Y entre tanta frase que se lee por ahí, 

fue la única que me caló y decidí llevar 

a la práctica.Así que cada vez me ocurre, 

esas letras vienen a mi mente, 

me doy los ánimos suficientes y 

lo pongo en práctica. Va funcionando, 

les prometo que funciona.

Nada de ñoñerias, nada de extrañar, 

nada de recuerdos bonitos pero efímeros 

que a fin de cuenta, se quedaron en la nada. 

Siempre hay que saber cuando una etapa llega a su fin. 

Cerrando ciclos, cerrando puertas, terminando capítulos;

no importa el nombre que le demos, lo que importa 

es dejar en el pasado los momentos de la vida

que ya se han acabado.

Recuerda siempre,

la vida es demasiado corta

como para estar cargando

con los errores ajenos,

no tienes porque ser tú quien

te los eches a la espalda.

Cada palo que aguante su vela.

Y me encontré a mi misma: